
Contexto político y judicial
En un nuevo episodio de tensión entre el Congreso de la República y el Ministerio Público, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Parlamento aprobó el informe de calificación que declara procedente la denuncia constitucional contra la fiscal suprema Delia Espinoza. Esta decisión marca el inicio de un proceso que podría culminar en la inhabilitación de la magistrada, quien actualmente forma parte de la Junta de Fiscales Supremos.
Cargos imputados
La denuncia, impulsada por el partido Renovación Popular, atribuye a Espinoza presuntos delitos de cohecho, encubrimiento personal e infracción a varios artículos de la Constitución Política del Perú. El documento fue presentado en el marco de investigaciones y actuaciones recientes de la fiscal que han generado incomodidad en ciertos sectores del Congreso, lo que ha generado acusaciones de una posible motivación política tras la denuncia.
Reacciones y consecuencias
Diversos sectores del ámbito político y judicial han manifestado su preocupación por lo que consideran una ofensiva legislativa orientada a debilitar la autonomía del Ministerio Público. La medida ha sido calificada como parte de una escalada de presiones y represalias contra fiscales que vienen asumiendo posiciones críticas frente al poder político.
Con esta decisión, Delia Espinoza deberá afrontar una investigación a cargo de una comisión parlamentaria que evaluará el fondo del caso. De hallarse responsabilidad, el Congreso podría inhabilitarla de la función pública hasta por 10 años, una acción que tendría serias repercusiones institucionales y en la estructura del sistema de justicia peruano.
Impacto institucional
El caso de Delia Espinoza se suma a una serie de procesos similares impulsados desde el Legislativo contra altos funcionarios del sistema judicial y organismos autónomos, lo que ha generado preocupación tanto a nivel nacional como internacional por la independencia de poderes en el país. En este contexto, el desarrollo del proceso será observado de cerca por la opinión pública, gremios jurídicos y organismos de derechos humanos.