
Composición: Central de Noticias
Mientras tanto, ciertos periodistas serviles se retuercen buscando cómo maquillar la vergonzosa decisión judicial.
En el Perú de la justicia a la carta, el alcalde del centro poblado de Medio Mundo, distrito de Végueta (Huaura), Diego Flex Cadillo Crisóstomo, acaba de recibir un verdadero premio: salir en libertad por tan solo S/ 6,000 de caución y algunas “reglas de conducta” después de la brutal golpiza que le propinó a su conviviente, todo grabado por cámaras de seguridad.
El Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de Huaura, dirigido por el magistrado Jesús Maicol Asencios Solís, decidió rechazar el pedido de nueve meses de prisión preventiva solicitado por la Fiscalía por tentativa de feminicidio. La razón: según el juez, la agresión no cumple “objetivamente” con las características de feminicidio ni sus agravantes. Al parecer, para la justicia peruana, golpear a una mujer hasta dejarla maltrecha no es suficiente.
El juez incluso se dio tiempo para reflexionar en audiencia que la Fiscalía no precisó estereotipos de género y que, aunque había celos de por medio, estos “no son un estereotipo de género”. Quizá habría que preguntarle si seguiría pensando lo mismo si la agredida fuera su hija, hermana o madre… o si le parecería igual de “no grave” que el agresor de su familiar camine libre por la calle.
Mientras tanto, el “honorable” alcalde deberá cumplir reglas como no acercarse a la víctima, no comunicarse con ella, presentarse periódicamente a firmar un libro y no salir de su localidad sin permiso. Todo esto bajo la amenaza -casi risible- de que si no paga los S/ 6,000 en 10 días, podría ir a prisión. Un verdadero “descuentazo judicial” para quien se siente con derecho a golpear a su pareja como si fuera un rival de cantina.
La decisión judicial no significa que esté absuelto. La investigación sigue y las pruebas son contundentes. Pero lo más probable es que la sentencia tarde en llegar, y mientras tanto, el pueblo de Medio Mundo tendrá como autoridad a un cobarde agresor de mujeres, indigno de representar a su comunidad.
La pregunta es directa: ¿vamos a esperar que esta mujer aparezca muerta para recién meterlo preso? Porque con jueces que minimizan la violencia y políticos que se aferran al cargo, la historia en este país siempre termina igual… con un ataúd y lágrimas que ya no reparan nada.
Moralmente, Diego Flex Cadillo Crisóstomo debería renunciar hoy mismo. Pero claro, en tiempos donde la corrupción política y judicial se dan la mano, eso sería pedir demasiado.
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