
Una banda criminal fue detenida en el distrito de Végueta durante un operativo ejecutado por agentes de la DEPINCRI Huacho. El hecho ya era preocupante por la cantidad de armas y municiones incautadas, pero lo más escandaloso fue descubrir que una de las armas de fuego pertenecía a un agente policial en funciones.
Se trata del suboficial Fabio Alonso Leiva Mendoza, quien labora como calabocero en el Departamento de Investigación Criminal de Huacho. ¿Cómo llegó su arma a manos de delincuentes?
Según información confidencial, presuntamente el propio Leiva habría sido alertado por sus colegas para evitar ser detenido en flagrancia, por lo que “desapareció” durante las 48 horas clave en las que pudo ser capturado. Una maniobra que levanta más de una sospecha sobre protección interna o encubrimiento.
Hasta el momento, la División Policial de Huacho guarda silencio. No hay sanción, ni explicación oficial. Sin embargo, el caso ya está en manos de la Fiscalía Penal de Huaura, bajo la conducción del fiscal Yimmi Yábar Minaya, quien tendrá en sus manos una investigación crucial: ¿Un policía prestaba o alquilaba su arma para cometer delitos?
La ciudadanía se pregunta cuántos efectivos más están infiltrados o coludidos con bandas criminales, y si realmente estamos protegidos o expuestos por quienes deberían garantizar nuestra seguridad.