Tiktoker no se amilana luego que bloquearon su cuenta, busca consolidar nuevos retos en redes sociales.

La conocida influencer Zully, que a pocos también se abre camino en la farándula, ha logrado consolidar una comunidad de millones de seguidores y asegura ser más que una tiktoker viral. A sus 19 años, esta joven de Los Olivos tiene la mirada puesta en el futuro: expandir su carrera dentro y fuera del Perú, diversificar su contenido y representar con orgullo a las nuevas generaciones digitales del país.
Aunque su éxito ya es evidente en plataformas como TikTok, supera los 3 millones de seguidores, y Kick, donde destaca como una de las streamers peruanas más activas, Zully no se conforma. Busca seguir creciendo profesionalmente y explorar nuevos territorios creativos, tanto en el mundo digital como en espacios de entretenimiento más amplios.
“Mi meta es seguir colaborando aquí en Perú, pero también internacionalmente. Quiero hacerme un nombre y dejar en alto al Perú. Creando contenido de entretenimiento, que divierta al público”, afirma convencida.
Como se recuerda, Zully hizo noticia días atrás, cuando Alejandra Baigorria no se quedó callada ante los comentarios de Carlos Cacho sobre el cuerpo de la tiktoker. La rubia de Gamarra defendió a la creadora de contenido y cuestionó duramente al estilista en una reciente transmisión en la plataforma Kick, donde habló del cuerpo de la joven en vez de criticar su look.
Fue bloqueada en Tiktok. Tras el bloqueo de sus transmisiones en vivo en TikTok, una medida que afectó tanto a ella como a su comunidad de seguidores, Zully ha demostrado resiliencia y capacidad de adaptación. Migró parte de su contenido a Kick, una plataforma de streaming donde ha logrado conectar con nuevas audiencias y posicionarse como una creadora destacada.
Más allá de las cifras, lo que distingue a Zully es su conexión con sus seguidoras, las llamadas gatchurras, a quienes inspira no solo con sus bailes y ocurrencias, sino con su historia de esfuerzo. Su mensaje es constante: creer en uno mismo, trabajar con constancia y no dejar de soñar.