Katy Perry vivió un emotivo regreso a la Tierra tras convertirse en una de las primeras mujeres en participar de un vuelo espacial compuesto exclusivamente por tripulantes femeninas. La cantante fue la segunda en abandonar la cápsula de Blue Origin el 14 de abril, besando el suelo del desierto texano mientras levantaba una margarita en alto, en honor a su hija Daisy. “Estoy tan agradecida de representar a una mujer valiente en mi familia”, dijo en una entrevista previa al viaje.
El vuelo, parte del programa New Shepard, despegó desde Texas con una tripulación compuesta por Perry, la periodista Gayle King, Lauren Sánchez (pareja de Jeff Bezos), la científica Amanda Nguyễn, la ingeniera Aisha Bowe y la productora Kerianne Flynn. Cruzaron la línea de Kármán y experimentaron algunos minutos de ingravidez antes de regresar. Esta fue la primera misión totalmente femenina desde 1963 y la número 31 de la compañía.
El objetivo del viaje fue principalmente mediático y simbólico: visibilizar a las mujeres en espacios históricamente dominados por hombres, como la ciencia y la exploración espacial. La presencia de figuras como Nguyễn y Bowe buscó equilibrar el impacto mediático con una narrativa de inclusión científica. La cantante también interpretó un fragmento de What a wonderful world en pleno vuelo.
Viajar con Blue Origin no es accesible para todos. El costo puede llegar a 1,25 millones de dólares por asiento, aunque algunos participantes, como en este caso, han sido elegidos por su “capital social”. Perry declaró que soñaba con este viaje desde hace 20 años y espera que su experiencia inspire a futuras generaciones de niñas a mirar al cielo y pensar que el espacio también es suyo.
