
Desbande en los partidos nacionales
A poco más de un año de las elecciones generales de 2026, el escenario político se ve marcado por una creciente deserción de autoridades locales. Un total de 100 alcaldes provinciales y distritales han renunciado a los partidos políticos con los que llegaron al poder en 2022, evidenciando una desconexión entre los liderazgos regionales y las organizaciones nacionales. Esta tendencia ha generado preocupación sobre la estabilidad y representatividad de los partidos de alcance nacional.
El retorno a lo regional
La mayoría de los alcaldes renunciantes ha optado por reinsertarse en movimientos regionales, figuras que han cobrado protagonismo en la última década. Este retorno no es casual: para muchos líderes locales, estas agrupaciones representan una mayor cercanía con las demandas ciudadanas, libertad en la toma de decisiones y una estructura menos jerárquica. Además, los movimientos regionales les ofrecen una plataforma directa para tentar una posible reelección o postulación a cargos superiores en los comicios del 2026.
Impacto político y debilidad institucional
El fenómeno de renuncias masivas pone en evidencia la debilidad estructural de los partidos políticos nacionales, varios de los cuales han sido utilizados solo como vehículos electorales sin lograr consolidar una militancia real o un vínculo ideológico con sus autoridades. Este distanciamiento debilita los procesos de gobernabilidad y dificulta la construcción de propuestas nacionales coherentes desde el territorio.
Estrategia de reposicionamiento electoral
Desde una perspectiva electoral, los alcaldes que han abandonado sus partidos buscan posicionarse mejor frente a las nuevas reglas del juego político. Al integrarse a movimientos regionales, muchos de ellos intentan fortalecer su liderazgo local y construir alianzas más sólidas de cara a las elecciones generales, que contemplan la elección de presidente, Congreso y representantes en un eventual Senado, de aprobarse la bicameralidad.