En 2023, un equipo de científicos halló una carretera de piedra de 7.000 años sumergida en el mar Mediterráneo, cerca de la isla croata de Korčula.

El hallazgo, liderado por el doctor Mate Parica de la Universidad de Zadar (Croacia), reveló una misteriosa estructura sumergida que habría sido construida por una civilización prehistórica. Se trata de una carretera de piedra de unos 7.000 años de antigüedad, ubicada en el yacimiento neolítico de Soline, bajo las aguas del mar Mediterráneo.
El descubrimiento podría estar vinculado al antiguo asentamiento de la cultura Hvar con la isla de Korčula. Esta isla artificial, hoy sumergida bajo el mar, fue hace miles de años el hogar de la cultura Hvar. Las excavaciones han revelado, a una profundidad de entre 4 y 5 metros, e incluso muros de piedra que podrían haber formado parte de un antiguo asentamiento prehistórico.
¿Cómo se realizo el descubrimiento de esta carretera antigua?
La estructura fue descubierta utilizando tecnología moderna de escaneo subacuático y exploración en aguas profundas. Durante las investigaciones, los arqueólogos encontraron una serie de losas de piedra cuidadosamente apiladas, lo que indicaba que no se trataba de una formación natural, sino de una vía construida por humanos.
La carretera mide aproximadamente 4 metros de ancho y se encontraba cubierta por capas de sedimentos marinos, lo que la había mantenido oculta durante milenios. Gracias a las condiciones del fondo marino y al trabajo detallado de los investigadores, se logró revelar gran parte de la estructura aun intacta.
Evidencias de una civilización organizada en la isla de Korčula
Junto con la carretera, el equipo arqueológico encontró herramientas de piedra, fragmentos de cerámica y restos de madera que fueron sometidos a análisis de datación por carbono 14. Los resultados confirmaron que los objetos tienen una antigüedad aproximada de 4.900 a.C., lo que respalda la teoría de que este camino era utilizado por la cultura Hvar para conectar sus asentamientos.
Este no es el único secreto que guarda la isla de Korčula. Recientemente, los investigadores también encontraron una estructura similar en el lado opuesto de la isla, lo que sugiere que estas antiguas vías de comunicación no eran únicas, sino parte de una red más amplia utilizada por los habitantes prehistóricos de la región.
Los científicos continúan investigando la zona con la esperanza de descubrir más fragmentos de esta red y así comprender mejor cómo vivían y se desplazaban estas comunidades hace miles de años.