
China y Japón expresaron este viernes su rechazo a la reciente decisión del Gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, de prohibir a la Universidad de Harvard matricular estudiantes extranjeros, medida que afecta a miles de jóvenes de distintos países, entre ellos más de 2.000 ciudadanos chinos y cerca de 300 japoneses.

Desde Pekín, la portavoz del Ministerio de Exteriores, Mao Ning, afirmó que esta decisión “solo dañará la imagen y la credibilidad internacional de Estados Unidos” y acusó a Washington de “politizar los intercambios educativos”. Además, sostuvo que China protegerá los derechos e intereses de sus estudiantes y académicos en el extranjero y calificó de “infundadas” las acusaciones sobre supuestos vínculos de Harvard con el Partido Comunista chino.
Por su parte, Japón, a través de su portavoz gubernamental Yoshimasa Hayashi, manifestó su “alto interés” en la situación y advirtió que “tomará medidas necesarias” para defender a los estudiantes japoneses afectados. El Ejecutivo nipón señaló que trabaja para frenar los efectos de la medida, que forma parte de la escalada de tensiones ideológicas entre Estados Unidos y varios países asiáticos.
La polémica se encendió luego de que el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. revocara el programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio de Harvard, aduciendo vínculos con organizaciones extranjeras y exigiendo a la universidad información sobre supuestas “actividades violentas” y protestas protagonizadas por sus alumnos. Harvard cuenta con un plazo de 72 horas para cumplir con estos requerimientos si desea recuperar su autorización para recibir estudiantes internacionales.